La crueldad y la barbarie fueron la
principal causa del exterminio aborigen, pero otras causas también contribuyeron a
ello, como los trabajos forzados en las minas de oro y metales preciosos; las enfermedades
infecciosas comunes en Europa, pero nuevas en América, como la nefasta viruela que
se dice llegó en 1520, y también la sífilis, la peste y otras. El consumo del alcohol
fue otro factor, es hoy reconocido en la medicina que los nativos de toda América
son físicamente hipersensibles a las bebidas embriagantes, cayendo más fácilmente en
el abuso que otras razas. Los Aztecas y Mayas hacían pulque de agave, y los Pipiles
hacían, dependiendo del tiempo fermentado, además del pulque de agave, la chicha y
agua dulce de la piña; pero el recién traído cultivo de caña de azúcar por los españoles
creó el aguardiente que diezmó la población indígena.
Escribió apologético el virrey Español Gil de Taboada, del Perú, a final del siglo
XVI:
"Siendo los indios tan propensos a la ociosidad como a la embriaguez,
no satisfechos con sus antiguos brebajes, se han entregado con insaciable sed al
uso del aguardiente, de que abunda este reino, por las muchas haciendas de viña; y
teniendo acreditado la experiencia que, a más de hacer infecundo al indio, este licor
de fuego electriza su naturaleza demasiado cálida, se demuestra también que por uno
y otro medio este vicio es el exterminador de su nación, pues al mismo tiempo que
impide la larga edad, hace escasas las sucesiones, sobre cuya extinción se han dado
vigorosas y repetidas providencias, particularmente con el de caña, que es el veneno
más activo, habiéndose extendido últimamente su fábrica y consumo con rápidos progresos,
y que he procurado evitar con el mayor esfuerzo: su total prohibición, que era el
radical remedio, se ha hecho imposible en el efecto, porque a más de que la mayor
parte de las haciendas de la costa consiste en viñas, el uso del aguardiente se considera
un apósito extensivo para mucha parte de las dolencias que conocen las facultades
médica y quirúrgica, y habiendo por esto limitándose en lo posible la internación de
este líquido en las provincias, Sería forzoso se observe sin infracción, principalmente
cuando después de los perniciosos efectos referidos, es causa de que los transportes
de la razón que origina, inspiren al indio el detestable designio de la rebelión".
Pero
el espíritu ancestral del indio americano se fue apagando, más que todo debido a la
impotencia, trabajos forzados y la esclavitud. Su "ociosidad", como lo
dice Taboada era natural frente al esclavismo, servidumbre, impotencia. Así comenzó
su decadencia; la importación de los negros del África diluyó su cultura y la llegada
de más españoles -arguyen unos historiadores-, también contribuyó.
Sin embargo,
costando todo lo que costó, los españoles en lugar de aniquilar y virtualmente extinguir
completamente la población indígena de la América Española les impuso a cambio, si bien
inmisericordemente, su religión. Sus contrapartes anglosajones, en cambio, acabaron
con los casi 11 millones de indios en sus tierras norteamericanas.
En las cortes
españolas, el clero (con todo y su escondido propósito de apoderarse política y económicamente
de las florecientes colonias) con su influencia y poder contuvieron la extrema barbarie
española persuadiendo a sus reyes la necesidad de nueva feligresía, evangelización y
civilización de los "nuevos" seres humanos... los miles que se salvaron,
salvaron los millares del futuro... y permitó el nacimiento y crecimiento del mestizo...
Pero las reales miras del clero era ejercer su influencia y adquirir riquezas con
la explotación de estas nuevas razas.
Sanguinario azar del porqué, aún hoy día
en el naciente siglo XXI, tribus descendientes de estos sufridos aborígenes se mantienen
con vida, aún viviendo según sus costumbres, pero ya no su religión, y en eterna lucha
contra los extremos vientos evolutivos. Por eso en el siglo XXI Guatemala
tiene una población 45% indígena (de origen Maya-quiché-cachiquel), 45% mestiza, y 10%
blanca; Honduras es 7% indígena, 90% mestiza, 2% negra y 1% blanca; Nicaragua
5% indígena, 69% mestiza, 17 % blanca, y 9% negra... y en toda América: Perú
es 45% indígena, 37% mestiza, 15 % blanca. Bolivia es 50% indígena, 30 % mestiza
y 17% blanca... Y El Salvador de hoy es 95 % mestizos, 4% indígena, y 1% blanco...