DAGOBERTO FLORES

        Dagoberto Flores Velasco nació en la ciudad de San Salvador, el 20 de septiembre de 1957. Hizo sus estudios en las escuelas "Rafael Valladares y Argumedo" y "Francisco Antonio Gambóa", graduándose de bachiller del colegio "Camilo Campos". Se recibió de técnico en ingeniería eléctrica del "Instituto tecnológico de Santa Tecla". Ingresa a la Universidad Nacional de El Salvador recibiéndose de Ingeniero Eléctrico.
        Formó parte de la Asociación de trabajadores de Antel (ATANTEL). Fué secretario general de la sociedad de estudiantes de Ingeniería y Arquitectura (SEIAS). También formó parte del grupo de teatro "Secreto a voces", montando la obra "El crack de octubre", que ganó el primer lugar de teatro a nivel nacional que fué auspiciado por el Ministerio de Educación. Actualmente reside en el estado de Oregón, USA, donde trabaja en procesos químicos inorgánicos que producen microprocesadores que le dan vida a las computadores. Es miembo de UNISAL. Escribe usando su propio nombre y con los pseudónimos de "Cipitío" y "Pulgares".
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ME VOY PA´L NORTE

Me voy pa'l Norte
al finial cabo
queneste país de mierda
a otro le queda la ganancia.

Cachimbu'egente que si'a ido
y no solo poresu'e la guerra.
Se jueron porque nu'abiya trabajo
y eso fue muchu'antes de lo de las balaceras,
cuando todaviya no habiyan manifestaciones,
ni paros del transporte,
ni mucho menos guerrilleros.

Yo aguantandu'ambre
mientras los políticos nos deciyan que todu'estaba bueno.
Que'l problem'estaba en los paises de allá bien lejos
como Cub'yRusia, que segun ellos
alboroban a la juventud con ideas del diablo,
y que nojotros deberíyamos persinarnos más seguido
porque en esos paises se comían vivos a los niños.

Todu'estaba bueno,
que´l problema era allá lejos.
Y mis cipotes jodiendo y jodiendo.
-Pá, ¿y cuando vamos a tener los cuadernos?
-y ya nos pidieron los uniformes
-y tenemos que llevar la cuota social.
Y Pedrito-el hijue la Niña Cruz-tiene zapatos nuevos.
-Y el año pasado el Niño Diós
ni siquiera nos trajo juguetes viejos.

Yo no sabiya si lo que sentiya
era cólera de ser pobre, o la goma
que me quedaba despues de mis borracheras.
Y alli'estaba la Juana,
amorosa como siempre,
presta a detener los golpes de mis cóleras.
Y los cipotes, ¡chilla que chilla!:
-Es que yo tengu'ambre-decía uno.
¡Cállese-le digo-
si no quiere que le de verga!

Yo-de necio-no li'ce caso al cabrón del negro Tancho.
"Vámonos pa´l Norte"-decía siempre,
"allá está la Eulogia, mi hermana,
y mirá comu'están los cipotes de'ella".
"¡hasta bicicleta tienen,
y eso que no tiene ni dos años de habers'ido".

Peru'al ver a la Juana y a mis tres cipotes
se me aturraba la conciencia.
Saliya de la casa como endemoniado
a parar a la cantina.
Allí olvidaba mis penas
y lloraba con mis cheros,
y abrazaba las cunetas,
como quien abraza un pedacito de su tierra.
Ese pedacito de tierra que'ra mío,
por lo menos hasta que me durara la zumbera,
o hasta que los de la municipal
me levantaran por afeár las calles.

"Bienaventurados los pobres de espíritu..."
porque yo'era uno de'llos.

Luego...vino la huelga,
y la toma de la fábrica por los obreros.
Muchos de'llos habían sido mis cheros de chupas
a quienes yo'abiya dejado de ver desde haciya bastante tiempo.
Hablaban bien bonito,
como que habiyan ido a la escuela.
Yo me preguntaba ¿donde habiyan aprendidu'ablar así?
Porque a ellos les oí por primera vez palabras raras:
"lucha de clases, explotación, reforma agraria",
y, lo que más me gustaba, "gobierno de obreros".

Y yo ya mi'maginaba Ministro del gobierno
y mandaba a todos los cipotes a la escuela
con cuadernos nuevos para que los mancharan como quisieran,
y con dos o más uniformes, para que los ensuciaran,
como cuando se revolcaban en la tierra.
Y que tomaran leche todos los diyas,
y que se vieran bonitos y gorditos
y que de sus caritas se borrara la tristeza;
y que si lloraban por cualquier cosa
-porque los cipotes siempre lloran-
que no se les hiciera el lodo en los ojos
sino que les brillaran como luceros.

Y también mi'maginaba a la Juana
vestida bien elegante y en reuniones con otras mujeres
hablando de la educación de la familia
y de lo malo que's el guaro pa'la comunidá
y diotrros asuntos de'sos que solo hablan las mujeres.

Pero más sabe'l Diablo por viejo, que por Diablo,
y antes que la Policía matara un cachimbo'e cheros,
de los que se quedaron en la fábrica, cuando estalló la huelga,
yo ya me había decedido venirme pa'l Norte.

-Mirá Juana-le dije un diya-
-ya ves como los cipotes de la Eulógia siempre andan bien chivos.
-Pues si-, -dijo la Juana-, -pero mira al marido.
Hay anda el infeliz con un puño de mujeres
gastandose el pisto quele manda la Eulogia para los cipotes.
¡eso querés hacer vos, irte para despues dejarme por una chele de'sas!
Y yo ¿que vu'aser? ¿buscarme otro marido
para que me ayude con los tres monos?
-No Juana-, le dije yo.
-Si me voy es para que'stos cipotes vayan a la escuela
bien vestidos y con la barriga llena.

La Juana no se quedo contenta
porque sabiya que aún en en mis borracheras
mi diversión era quitarme la frustración en sus cachetes
hasta que se los dejaba morados,
pero prefieru'eso que verte con mujeres.
Es que'ra celosa la Juana, y siempre deciya.
"marido que le pega a su mujer
es para tenerla contenta".

Lejos estábamos de entender
lo dificil des'te bolado.
A mi me pagaban mal,
y la hartazón nu'alcanzaba.
Los bichos me reclamaban,
yo me sentiya ahuevado
y no me quedaba más remedio
que abusar de la Juana y de los cipotes
para que no me jodieran tanto.

¡Que bonito sono la palabra!, ¿se dieron cuenta?
Si, dije "abusar".
Y es que yo abusaba de'ellos,
de la Juana y de mis bichos,
y lo pior del caso es que no me daba cuenta.

Como no me daba cuenta también
que el dueño de agora de la fábrica,
y también el antiguo dueño,
abusaron de nojotros los obreros
y nos trataron como esclavos.
Y esu'era de todos los diyas
y pare'so no habiya remedio.

Por eso me vine pal'Norte,
a buscar un mejor trabajo
y para mandarles a la Juana y a mis cipotes
lo que allá les haga falta.
Agora tendrán comida todos los diyas
y van'ir a la escuela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

EL ARTE DE LA PLOMERIA

No sé quien fue primero
si el huevo o la gallina.
Lo cierto es que el plomero
lo hizo todo a escondidas.

Se metió por donde todos
dando los buenos días,
y, entre tubos, agua y lodo,
descubrió la nuez prohibida.

El marido que se marcha
al trabajo bien contento.
la señora que se agacha
con la idea en el intento.

El plomero, que no es dundo,
ni lerdo, ni somnoliento
la honradez no es su rubro
ni el noveno mandamiento.

La gotera está arreglada
-fué cuestión de un par de horas-
lo demás se hizo en la cama,
¡horas extras que él las cobra!.

La sonrisa dibujada
en el rostro de aquel hombre
pensando en su bien amada,
a su casa siempre corre.

La gotera está arreglada,
todo está a la medida,
la esposa está cansada
¡que truquera es esta vida!.

AMISTAD DE INFANTES

        El vapor de sus alientos sin cigarrillos les anunció la llegada del frío. Sabían, desde que dejaron escapar sus piscuchas en el último viento de octubre, que esa fecha llegaría con más alegrías que las del año pasado. Habían pasado el més anterior planificando lo que harían con el dinerito que se habían ganado el fín de semana de difuntos chapodando arbustos, pintando epitafios, y adornando las tumbas del cementerio.
        Dicembre no les llegó de sorpresa, ya que desde el fín de la escuela se preparaban para ellos. Eran dos cipotes arrechos y trabajadores . Uno, de familia acomodada, casa mixta, con bicicleta y reloj; mientras el otro era de familia ignorada, de bahareque y cartón, de barranco, y de una que otra pandeada. Aún así, juntos habían mantenido una amistad que lindaba en los bordes de la hermandad. y esto a pesar de la oposición de los padres de uno de ellos, quienes miraban en el otro la amenaza permanente de una amistad impropia.
        Habían crecido juntos, pero nunca habían disfrutado de una Navidad y de una despedida de Año Nuevo en compañía. Y esto era porque los padres de uno de los chichillos celebraba las fiestas a puerta cerrada y solo permitía la entrada de conocidos de la familia, y que por supuesto estuvieran dentro de su mismo nivel social. La única persona que tenía contacto con el mundo exterior del vecindario que les rodeaba, era una muchacha que tenía que salir a comprar las tortillas, las cuales no se encontraban en el supermercado.
        Este año, todo parecía ser diferente, ya que amboshabían crecido y habían hecho planes diferentes a los que sus respectivos padres habían preparado. Los de bahareque se preparaban para el culto que el pastor les venía anunciando desde principios del més. Se trataba de una concentración que comenzaría desde las primeras horas de la noche, en la cual se cantarían alabanzas, se leerían porciones bíclicas, y se terminaría con una vigilia que llegaría hasta el día siguiente.
       Los de hierro y ladrillo, saldrían temprano para hacer las últimas compras navideñas a las tiendas donde se anunciaban las mejores ofertas. Regresarían a casa para preparar el banquete y más tarde asistirían a la iglesia para oir la misa. Los dos cipotes, que se habían vuelto expertos en eso de las escapadas ya tenían todo bién calculado. Porque sia a uno no se le estaba permitidoel ir a trabajar al cementerio limpiando tumbas al otro no se le estaba permitido el asistir al estadio a ganarse el dinero de la limpieza de las mismas. Cuando para uno era muy facil, para el otro era harto dificil.
        Llegó la hora indicada. Todo estaba lleno de suspenso. Escaparse a la hora de la vigilia en frente de tantos ojos en meditación que despertaban inquisitorios ante cualquier movimiento no fué facil. Hubo que esperar que una de las más beatas se quedara dormida y que el ruido de la caída, se concentrara toda en ella. De allí para allá, solo fué un asunto de correr al sitio convenido.         Se acercó al garage de su casa de su amigo para silvarle como habían convenido. En el jardín exterior de la casa vió un ángel, de los que nunca se le habían aparecido ni siquiera en sueño, adornado de un par de doncellas recién caídas del cielo. Se quedó mudo por un buen rato mientras se escondía entre medio de las plantas que ornamentaban la casa. Sus ojos se le salían del asombro y su respiración se le aceleraba.
        Fué en ese preciso instante cuando aquel ángel corrió hacia él empujada por las travesuras del destino. Los ojos de ambos se encontraros a pocos centímetros y permanecieron inmóviles una eternidad que duró solo unos segundos. En esa eternidad estaban cuando el que estaba esperando por el silbidoque se había quedado en una garganta atragantada, se cansó de hacerlo y decidió salir del garage para ver si miraba a su amigo para continuar con la fase B del plan de la noche. Se encontró con dos labios vírgenes llenos de fantasías, de inocentes sueños, en camino a una experiencia mágica, inolvidable, que él solo había leido en cuentos navideños.
        En su inocencia, o en su desconocimiento de la diferencia que los adultos hacen de los niveles sociales, se alegró que su mejor amigo y su hermana llagaran juntos a una experiencia convertida en secreto que los mantendría unidos. Esperó a que se sellara la magia para interrumpir con un ruido el hechizo de ese momento eterno; y como quien ignora un acontecimiento, tomó su bicicleta, simuló una caida y un dolor ficticio que les permitió a los tres volver a este mundo, y a esta realidad que no está diseñada para historias como esta.
    

Tamen

Sigue......ANDRÉS CASTRO
Continúa>>>>MISANTO SUNCÍN
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