La Historia oficial de San Salvador, la capital y sede del Gobierno de El Salvador, se enseña que fue fundada en 1524-25 por Jorge de Alvarado, su nombre original era "Quetzalcoatitán" que significa "Tierra del Quetzal". El valle de Quetzalcoatitán se extiende entre el Volcán de San Salvador o Quezaltepeque al Occidente y el Cerro de San Jacinto o Amatepec al Oriente. Debido a los movimientos telúricos tan frecuentes los españoles lo llamaron "Valle de las Hamacas".
Ufana Capital del Valle de Las Hamacas,
allí, donde impera la pobreza y
la riqueza,
mi gente dividida por ideales y flaquezas
en tu corazón está clavada
una estaca...
Insignificante en el globo se mira la Patria Mía,
tierra tenaz y de alma
fuerte,
tejiendo su ruda Historia con dolor y melancolía,
pero rechazando su
muerte.
El mentado Diego de Holguín fue cabo de una "escuadra" de soldados dice el doctor Lardé y Larín, también fue maestre de campo y Capitán General en el ejército conquistador español…. Además de alcalde de la Villa de San Salvador en 1525 en La Bermuda..., cargo que ocupó por tan sólo un año.
Cosa extraña, en el libro "Reseña Histórica de la Villa de San Salvador", obra del diplomático e historiador Rodolfo Barón Castro (1909-1986), este dice que Holguín nunca mencionó o reseñó su cargo de alcalde, pero sí sus otros cargos y títulos en el ejército. Parece que o se avergonzaba, o consideraba muy bajo haber sido alcalde de un puñado de chozas que en 1528 habrá sido la hoy moderna capital… Y sin embargo Holguín sí sacaba pecho de haber sido alcalde de Ciudad Real en Chiapas porque lo testimonió en documentos.
Sus calles de adoquines y piedras, vía de carretas
repletas de tradición,
sus
aceras y andenes rajados, la pobreza aprieta
en las casas de cartón.
Era mi colonia la más grande que la capital tenía,
¡Lo nuevo siempre es
bonito!
Y las planicies mostraban la magnitud que sería,
¡Allí viviría mis años
favoritos!
De 1526-1528 la Villa de San Salvador en La Bermuda quedó despoblada y abandonada debido a los "rayos y truenos" dice el historiador Santiago I. Barberena, o por el sofocante calor e inhóspito de la zona donde no había río que atravesara la villa como el rio Acelhuate circunvala en el Valle de las Hamacas. Fue hasta 1528 que la historia dice Jorge de Alvarado funda la villa de nuevo en el Valle de las Hamacas.
Era todo un reto viajar día a día en esos buses viejos
llenos de gente
a sus trabajos,
un carro era un sueño, aún en él, se veía de lejos
y al despertar,
se partía a destajos.
En su Historia de El Salvador, tomo I, Santiago Barberena dice que "... es muy probable que San Salvador hay sido fundada en diciembre de 1524 por D. Diego de Alvarado, primo del conquistador, y que el lugar que se escogió fue el paraje de La Bermuda, a unos ocho kilómetyros del Suchitoto, pero luego fue abandonado..."
Encerrarse era agüite cuando era tiempo de recluta,
¡pero había que correr
y esconderse!
Y las redadas amedrentaba los jóvenes y prostitutas,
¡pero la platada
nadie quería hacerse!
Todo de repente ya era un orgulloso universitario,
¡y me creía un privilegiado!
pero
aquellas matanzas frente a la Iglesia El Rosario,
me volvieron amedrentado.
LaToponimia
Autóctona Zona Central de mi ex profesor en INFRAMEN doctor Jorge lardé y Larín dice que en un informe a la Real Audiencia de
los Confines, de fecha 21 diciembre de 1549 el "oídor" (título que los españoles denotaban a un juez
o magistrado), por nombre Dr. Tomás López escribió
que San Salvador "está asentada de diez años a esta parte en un valle
donde está un volcán (de San
Salvador) que no arde;
y tiene cerca fuentes caldas (El
Coro, La Chacra y Agua Caliente) y
un río (Acelhuate) que
circunvala la ciudad al sur y oriente"
Fue aquél trágico y vergonzoso año del fraude electoral
que no dio otro
camino a escoger,
La Patria Mía, le fue denegada su legal salida al mal
y Las
Parcas comenzaron a tejer.
Cuando los cronistas
antiguos e historiadores hablan de la fundación de la hoy moderna
y sobrepoblada ciudad capital de San
Salvador irremediablemente siempre aluden el rio
Acelhuate.
Y es que ciudad y río van de la mano, y
por mucho que hoy ignoremos, aborrezcamos y embovedemos el rio Acelhuate, no hay
modo de evitar que río y ciudad nacieran juntos, existirán siempre unidos, y perecerán
juntos.
Nunca había viajado en avión, y aún les tenía miedo, pero
un avión me arrebató
a la lejanía.
No me quejo de lo que Dios me ha dado... pero yo espero
llegar
a morir... ¡En la Patria Mía!