LOS VIENTOS DE OTUBRE (A LA LUZ
DEL FOGÓN)
¡Quizás ya no venga! ¿No s'hia dado cuenta de que están soplando los vientos de
otubre, y que el barrilete vuela, y ya no cubre como antes al cerro, nube de
tormenta? Hoy s'iajusta el año y él me dijo: "Anita, entre algunos días regreso
por vos"; pero no lo quiso quizá tata Dios ¿Verdá, madrecita?
Cuando
veyo el rancho de paja, el ranchito q'é1 estaba haciendo pegado a la güerta, y
veyo tan sola.y cerrada la puerta y yeno de montes aquel caminito, siento que
me muerde, aquí adentro, un dolor, y que l'alegría también se me ha ido, y me
siento agora, lo mesmo que un nido que no tiene pájaros, ni tiene calor...
Naide
me lo ha dicho, pero es la verdá. En la madrugada tuve un mal agüero: se estaba
apagando, mamita, el lucero detrás de aquel cerro que se mira allá, y asina s'iapaga
también lo que quiero ...
No tengo ni ganas de mirar p'ajuera. ¿Qué Fhiace
que vengan, que vengan los vientos si a mis sufrimientos nada güeno traen de
lo que quisiera? Ciérreme la puerta. Siento que me cubre un frío las manos, Dios
sabe qué tienen... ¿Que no s'hia fijado lo tristes que vienen agora los vientos,
los vientos de otubre?
|
|
- LAS MANOS
- DE MI MADRE
Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas
y bienhechoras. ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman! ¡Las
que por aliviarme de dudas y querellas, me sacan las espinas y se las clavan
en ellas! Para el ardor ingrato de recónditas penas, no hay como la frescura
de esas dos azucenas. Y cuando del destino me acosan las maldades, son dos
alas de paz sobre mis tempestades. Ellas son las celestes; las milagrosas,
ellas, porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas. Para el dolor,
caricias; para el pesar, unción; ¡Son las únicas manos que tienen corazón! (Rosal
de rosas blancas de tersuras eternas: aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas, cuando tengo las alas
de la ilusión caídas, ¡Las manos maternales aquí en mi pecho son como dos alas
quietas sobre mi corazón! ¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas! ¡Las
manos de mi madre perfuman con terneza!
|