También recordé que más de una vez
vi madres salir hechas cuete al grito "mamáaaaaa" debido algún anélido
prendido en el tutuy de algún mono como yo, y nadie defecaba o se bañaba sólo
en el baño-cagadero pues allí vivían candiles, arañas, cucas, cachimbo de
zancudos, y otra flora y fauna.
Pero cuando regresé a mi patria por
segunda vez en 1999, ya no me podían dar paja, pues había visto y rasguñado
como viven los ricos.
Pensé ahora como entonces que había algo así como parámetros para decir "este
maje tiene pisto", o sea, como aquí en Estados Unidos, especialmente en
Texas, donde he advertido que el tener carro del año se intenta transmitir el
mensaje "miren majes, estoy viviendo vergón", aunque la casa de miedo
solo verla, o sólo trabaje para el carro. O como los hispanos "texanos" que
piensan que no hablando español los hace "americanos" y "blancos" como los
gringos, por lo que esconden el hecho que hablan el idioma y que sus tatas son
hispanos.
Mi impúber mente pensaba entonces
que quién tenía carro, teléfono y televisión era un macizo, pero en medio de
esos mesones en Sonsonate me di cuenta irrefutablemente como han cambiado las
cosas en cuatro décadas, aunque no sé de los carros, el promedio 10-20 familias
que vivían en estos mesones cocoteros, como los negros de Cabrini Green, o los
potorros de Humboltd Park, casi todos tenían celulares, televisión, cable,
estéreos..., etc.
Los parámetros materiales, pienso ahora, han dejado de diferenciar al
rico del pobre.
Pero estoy seguro ahora que el parámetro que nunca cambia es la
educación.
La educación es la que hace libre, no la verdad, la verdad se estira y
se encoge, la verdad en esos mesones está cabrón vivirla, ¿quién no preferiría la
verdad de la Escalón y Santa Elena?.
Yo hoy puedo atestiguar a mi mismo que la verdad con educación es más
vergona que la verdad sin ella, aunque se esté bañado en pisto, sin educación es
algo así
como ser pobre de mesón con pisto... la educación no se estira y se encoge como la verdad...
Educación sólo es una, verdades hay muchas...
Y la verdad de la educación en El Salvador la vi con mis propios ojos de
1999 a 2001, nadie me puede dar paja.
La verdad es que la educación y
economía ha mejorado geométricamente para el rico post guerra, pero ha
empeorado exponencialmente al pobre de mi tierra... y la distancia que hoy
separa el pobre del rico, a pesar de la tecnología, o debido a ella, se ha
agrandado años luz...
Ahora la distancia pobre-rico en mi tierra salvadoreña ya no es de la
Tierra a Mercurio como en mi infancia, sino de Plutón a Mercurio.
La falta de oportunidad para
educarse, y la falta de oportunidad del educado para desenvolverse es lo que
tiene, hoy como entonces, crónicamente pobretaria a mi gente.
No puede haber progreso sin
educación.
Como no puede darse una efectiva educación con gente enferma y
desnutrida...
Como cada problema tampoco se
resuelve de la noche a la mañana...
Pero en mi siempre venerado Señorío de Cuzcatlán,
desde hace 186 años, ni aún se comienza.