- Mi amigo Enmanuel, tenía la mirada triste y profunda,
como el océano en calma.
- Era callado e
introvertido.
- Aprendí a quererlo y admirarlo, en mis primeros años
escolares. El era mi amigo silencioso y
meditabundo!. Casi no hablaba, no tenía más amigos que
yo.
- Su cabello pelirrojo y
fino; su cuerpo alto y
delgado.
- Las pecas abundaban en su piel blanca.
- Usaba aquellos lentes gruesos, debido a su aguda
miopía; que nunca fue pretexto para
devorar todos los libros de aventura y
Biología marina que le llegaban a sus delgadas manos.
- Siempre vestía impecable su uniforme, con sus zapatos de
brillantes charol.
- Casi nunca sonreía.
- Callaba ante las
burlas hostiles de los demás compañeros, quienes lo veían como un
extraterrestre.
- Siempre se le encontraba en la Biblioteca, su lugar
predilecto, leyendo, sumido en sus historias del mar.
- Su héroe : Simbad El Marino.
- Para mí , él era mi héroe.
- Lo sabía todo o
casi todo sobre el océano, sobre barcos y navegación.
- Nuestras casas quedaban cerca de la playa, así que
caminábamos juntos diariamente; por una
hora, sin decirnos palabra alguna, hasta llegar al mar... el mar, nuestro
mar y regresábamos hasta el anochecer.
- Cada fin de semana, cada vacación, estábamos ahí,
sentados en la arena.
- Observábamos el ir y venir de las olas, el canto de las
gaviotas,... los barcos.
- Mi amigo Enmanuel, tenía la virtud de mirar fijamente el
horizonte, hasta donde el mar se perdía,
por largas horas, y suspiraba.
- Ahí , a su lado, estaba yo, un niño de once años al
igual que él, respetando su silencio.
- Siempre estuve a su lado, desde que tengo
memoria.
- Años más tarde,
viajábamos en bicicleta hacia esa masa de agua salada, sintiendo la brisa
marina salpicar nuestro rostro.
- Nuestra amistad era algo así como el afecto entre Don
Quijote de la Mancha y Sancho Panza.
- Sancho Panza era yo, regordete y estatura más chica que
él, piel morena, cabello oscuro
lacio.
- Enmanuel era mi héroe don Quijote, nuestros modernos caballos: las bicicletas.
- Hacíamos barquitos de papel, donde escribíamos mensajes,
que yo aún no comprendía, como: "Vuelve pronto, te estoy esperando. Abrazos y
besos. Enmanuel", luego los lanzábamos al agua.
- Me
parecia divertido.
- Más adelante mejoramos la técnica.
- En botellas de
vidrio o plástico, metíamos cartas, que mi amigo escribía a un destinatario
secreto que solo él y el océano conocían.
- Con el tiempo hicimos pequeños barcos de madera, de
lata, de cartón, de plástico y jugábamos
con ellos junto al mar; Enmanuel tenía
una pericia en este arte, una destreza increíble para fabricar barquitos.
- Los años pasaron... fuimos a la Universidad, yo estudié Arquitectura, mi amigo Biología y cada vez que podíamos,
conducíamos nuestros autos hasta la
playa y permanecíamos sentados junto al mar, sintiendo la arena fresca en
nuestros pies, disfrutando la brisa marina
y hablábamos de cosas triviales.
- De pronto mi amigo callaba y yo seguía respetando su
doloroso silencio.
- Un día sin proponérmelo, supe el motivo de su dolor, de
su tristeza, de sus suspiros.
- Esta es su historia.
- Me la contó el
día que cumplía sus veinticinco años , con un nudo en su garganta y lágrimas en sus grandes ojos
azules.
|
-
|
- Siendo Enmanuel,
un niño de siete años, feliz y
extrovertido.
- Cierto día llegó de la Escuela, tiró a un lado su
mochila y sus zapatos y corrió
alegremente a la cocina para abrazar a su madre, quien siempre lo
esperaba con pastelitos.
- Asimismo estaba
ansioso por saludar a su padre, a quien no veía desde hacía seis largos meses,
pero una carta que había recibido hacía unas semanas, él le hablaba de su
regreso para ese día, el día de su séptimo cumpleaños, por lo que el seguramente estaría ahí, para darle un
abrazo y su... regalo!.
- Que le daría de regalo?
- Su padre sabía su sueño de Marinero, Marinero de los
Siete Mares como Simbad El Marino!
- Sería un libro de Historias como el anterior? o
un
juguete? o tal vez... tal vez...
|
- un barco, o lo mejor un viaje por el mar,
viajar por diferentes destinos junto a sus padres!.
- Pronto sus sueños, sus pensamientos se esfumaron de su
mente.
- Se detuvo a la puerta de la cocina, al escuchar los gritos desesperados de su madre,
su doloroso llanto, los reclamos; y vió a su padre tratando de calmarla, más ella hablaba del abandono que sufría cada
seis meses, de los viajes largos de su padre en el mar; de si eran más
importantes los barcos que su familia.
- Su emocionada mente de niño por un momento divagó, sus
padres callaron al verle.
- Su padre, quien era Marino, maletas en mano, le explicó
a Enmanuel, su pequeño hijo, que se iba de la casa, que dentro de un año, para
su cumpleaños próximo regresaría, y le dejó de recuerdo un pequeño barco de madera en sus manos, como
prueba de que regresaría.
- Así aquel niño, se despidió de su padre con lágrimas en
sus ojos, viendo el barco llamado: "El Peregrino", alejarse en el mar, hasta perderse en el
horizonte, mientras su padre agitaba la
mano diciendo: "Adiós".
- Por eso cada día, iba al mar, esperando el retorno de su padre, quien había abordado un
barco en aquel mismo muelle, hacía tantos años...
- Sabía que su padre era el Marinero de los Siete Mares, y
que un día volvería; no importaba cuando, pero lo haría.
- Eso a pesar de que muchos decían que el padre de
Enmanuel había muerto en una guerra,
otros que su barco había naufragado en el mar; pero habían quienes
aseguran que lo habían visto en
diferentes puertos disfrutando de la vida.
- Enmanuel callaba y solo lo esperaba a la orilla del
mar.}
- Pasaron los días, los años,...
pasaron décadas
completas.
- Enmanuel y
yo, llevábamos a nuestros hijos, a
nuestros nietos al mar, para sus vacaciones.
- Les enseñábamos a fabricar barquitos de papel y
lanzarlos al mar.
- Continuamos por años enviándole mensajes en botellas al
padre de Enmanuel, quien nunca volvió.
- Mensajes de amor para aquel abuelo desconocido, pero tan amado; porque Enmanuel les enseñó a mis hijos y a
mis nietos, al igual que a toda su
descendencia a amar tanto a su padre,
"El Marinero de los Siete Mares".
- Les contaba historias fantásticas a todos ellos de ese
maravilloso Marinero, les narraba
cuentos preciosos de aventuras marinas.
- También yo aprendí a amar, sin resentimientos a esa
persona desconocida.
- Sin saber el porqué, ni cuando, también yo aprendí junto a mi inseparable amigo, a extrañar a este personaje
invisible, en mis cumpleaños, quizá
porque yo tampoco tuve a mi padre cerca de mí.
- Ellos: mis
hijos, sus hijos, mis nietos, sus nietos, unidos por un lazo invisible de amor y
hermandad, disfrutaban el mar.
- Nosotros dos ancianos ya, éramos felices disfrutando al lado de
ellos, disfrutábamos el ser padres, el
ser abuelos, jugar con ellos; el oír sus
risas, el estar unidos siempre como una
sola familia.
- No había, ni habrá palabra mas bella que la que ellos
pronunciaban a nuestros oídos, llamándonos Papá, o Abuelo, y nosotros responder;
"Si mi hijo acá estoy".
- Celebrábamos cualquier evento ahí junto al océano,
cumpleaños, bodas, graduaciones.
- Cualquier pretexto era válido para ir a nuestro
mar.
- El mar, nuestro mar, nuestro único testigo, cómplice,
compañero, nuestro maestro, padre, hermano, que calladamente nos escuchaba,
nunca reclamaba y siempre estaba ahí con los brazos abiertos esperándonos
pacientemente, como un padre espera a su hijo.
- Tengo este día ochenta largos años, que pesan sobre mis
espaldas; mi caminar es lento, pero vine
al mar;... es que amigos lectores, saben una cosa?.
- Por nada del mundo podría perderme la ceremonia de
hoy.
- Enmanuel, mi gran amigo y hermano del alma murió.
- Su último deseo fue que sus cenizas fueran lanzadas al
fondo del mar, dentro de una botella, que contiene una carta para su
padre.
- Quizá tu no llegues a entender esto, pero yo si lo entiendo
perfectamente.
- Después que su padre se fué, Enmanuel nunca más quiso subir a un barco, pero la ceremonia se hizo en el mar, desde un barco llamado:
"El Peregrino", que mi amigo construyó
en honor a su padre.
- El día de hoy, con lágrimas en mis ojos, escribí una
carta y la coloqué dentro de una botella
y saben que hice? la lancé al mar de la vida.
- Esta carta, va dirigida a todos los padres de la
tierra; quiénes por un viaje de dinero o
placer, se subieron en el Barco de la
aventura y dejaron por ahí, a Enmanuel, olvidado en la playa, sentado junto
al peligroso mar de la vida, esperando su regreso, durante años y nunca
volvieron!.
- Padres que olvidan sus promesas, padres que olvidan el
cumpleaños de Enmanuel.
- Mi carta es esta historia, la botella es el libro que
tienes en tus manos, el destinatario eres tú.
- Dedico con amor esta historia a mi GRAN AMIGO Y HERMANO ENMANUEL, quien
ahora yace en el fondo del mar,
esperando por su padre.
- Simulando un arma de fuego en sus nerviosas manos,
camina con sigiloso paso ; luego se
esconde entre la maleza, tras los postes o las puertas; ! De pronto ve su
objetivo!!!!!!!!,.. apunta,!!!!!!!.... dispara!!!!!!! y luego grita desesperado:
!!!!!!! " Le dí, lo maté "!!!!!; de
repente cae de rodillas, lanza su rústica arma al suelo y llora mirando al
cielo, mientras dice: " Dios mío que
hice? !!!!.......lo maté!.....lo maté !!!!.
- A
veces no conoce a las personas, entonces
es el General del Ejército y exige respeto y admiración.
- Da órdenes a todos, demanda un saludo especial,
castigando con flexiones , sentadillas y lagartijas al que ose
desobedecerle!;......otras es el obediente y sumiso soldado con su fusil
imaginario al hombro que marcha sin cansarse repitiendo:" Uno,
dos..tres........de frente...march.....descanso".
- No me gusta cuando se torna violento y
agrede!.
- En su fantasiosa mente, vive una guerra sin fin, donde
ataca, defiende, muere, salva y mata!.
- Siempre usa aquel viejo uniforme desgastado por el uso;
su gorra desteñida por el tiempo y un trozo de madera al hombro como su
arma.
- Me duele ver a Remigio lejos de la realidad, hablando
incoherentemente; preguntándose en su mente desquiciada, cuando terminará esta
agonía?.
- Prefiero recordarlo cuando era un niño sano,
inteligente, con las mejores calificaciones en su escuela, con sus sueños y
esperanzas juveniles.!
- Hoy día sus cuadros de honor cuelgan en las paredes de
la humilde casa de sus padres, como un lejano y doloroso
recuerdo..
- Un niño que fue transformado en hombre violentamente de
la noche a la mañana, cuando el ejército
lo reclutó.
- Necesitaban soldados para una guerra, una guerra que
destrozó sus ideales.! .
- Sus sueños y anhelos de ser MEDICO, se
desvanecieron.
- Doce largos años de guerra, un niño entrenado para
matar, para defender a su patria!.
- Un niño a quien le despojaron los cuadernos y le dieron
un arma; le quitaron los bolígrafos y le
dieron municiones!.
- Un niño a quien la guerra cruel le mató el
alma!.
- Fue reclutado la semana que cumplió sus quince años de edad.
- Regresó a su hogar a los veintitrés.
- Remigio ya no era el mismo, tuvo que ser recluido en un
sanatorio mental, bajo tratamiento psiquiátrico!.
- Ahora no duerme en su hogar, no come
sano.
- Camina por valles, montañas y ríos, peleando una guerra psicológica consigo
mismo, tratando de reencontrar su lejana paz interior.
- Captura reptiles y los cuelga en su cuello y cintura,
como trofeos de guerra; luego los cocina
y los come con una delicia inexplicable, mientras canta canciones de
guerra, frente a una fogata, que le da
calor y le sirve de cocina.
- A
veces por la noche se le escucha llorar, pidiendo perdón por algo que hizo;
otras se tira al suelo como un niño, cubriendo
sus oídos con desesperación!.
- Ya no quiere escuchar el ruido de bombas, granadas y
metrallas en su agotado cerebro!.
- Ya no quiere ver esa película de muerte y terror.!
- UN PRISIONERO DE GUERRA EN TIEMPOS DE PAZ! , eso es
Remigio.
- Si un día te lo encuentras, puede ser que te salude humildemente y te
pregunte en que te puede ayudar; o quizá te exija que le honres con decoro y
respeto, porque el es tu capitán; otras quizá solo te parta el alma, verle
llorar!.
- El está huyendo de esa guerra, que le robó el alma, la
ilusión, la memoria, su inocencia, su niñéz!.
- Habita en las calles, vigilando que nadie ataque su
trinchera, su patria, su cuartel.
- No da tegua a su enemigo, hasta verlo
caer.
- Psicosis de guerra,
una guerra sin armas, sin cuartel, sin general, sin razón de
ser.!
- Esos son resabios, recuerdos de una guerra, una guerra
fraticida que dejó a Remigio sin su ojo derecho, sin una de sus preciadas
piernas y sordo para el mundo exterior.
- Mi regalo para Remigio, en esta navidad, es su sueño de paz, paz física e interior; quiero devolverle su
niñez, su candor, su ilusión de paz mundial, su anhelo de
libertad.!
- Oh querido Remigio yo te quiero
regalar, una patria de ensueño, un mundo de
paz!, donde no se oigan,
nunca más los cañones, ni una granada, jamás explotar!.
- Una patria, sin odios, sin mañas,
donde los niños juegen con seguridad! donde tus sueños se cumplan, tu más caro anhelo :"
tu libertad".!.
- Un mundo sin niños mutilados,
donde la codicia del hombre, no destruya, no corrompa tu nombre, donde no tengas que sufrir nunca más,
donde no haya guerras, ni rencores, donde no hayan dudas, ni temores,
donde haya por siempre igualdad
social, y
ni siquiera sombra de guerra mundial.!
- Para todas las naciones, para todos los soldados del
mundo, vaya este mi sueño de paz.!
-