Dr. David Hernández,
Jorge Montoya (Tamen), Dr. Carlos Morales Ruiz
3 compañeros INFRAMEN presentes en los
hechos a relatar
El 15 y 16 de Septiembre, respectivamente,
Centroamérica y México celebran su "independencia".
Los centroamericanos con el "tercer
grito" del cura Delgado,
y México con el "grito" del cura Hidalgo y Costilla... ¿Porqué será
que sólo curas andaban
de revolucionarios entonces?.
En mi niñez, en la Escuela Primaria Joaquín Rodezno
#1,
todos los días del mes de Septiembre se nos tenía parados por 30-40 minutos cantando
el Himno, recitando la Oración a La Bandera y loando a los Próceres "padres
de la patria" -todos ellos curas católicos-. Nos hablaban de cómo estos ilustres
nos habían "emancipado" de España.
Lo que nunca se nos dijo -y ni aún se dice-
era que el cura Matías Delgado, los hermanos Aguilar, Celis, el cura Cañas, el General
Manuel José Arce, y todo el resto de "nobles próceres" poseían enormes latifundios
y estaban todos cercanamente emparentados, por ejemplo, Matías Delgado y los
hermanos Aguilar eran primos hermanos.
Casi todos venían de una misma familia "criolla":LaFamiliaDeLeón...
Cuscatleco, es mi inevitable sino,
si bien fatuos desdigan en desdeño,
mi raíz nunca será doble sueño,
la llevo siempre altivo en mi camino...
A
las nueve de la mañana del 15 de Septiembre de 1971, Mi alero, vecino y compañero INFRAMEN Andrés Zimmermann y yo, agarrábamos
el bus de la Ruta 29 al Parque Cuzcatlán donde culminaría todo un año de
protestas y manifestaciones contra la tiranía militar de turno, por el
estudiantado de secundaria de la capital. ¡Allí ya estaban reunidos alrededor
de dos mil estudiantes de secundaria!. Habíamos acordado desfilar en uniforme
por lo que se veían uniformes de la mayoría de colegios: Divino Salvador,
Colegio Orantes, Nuevo Liceo Centroamericano, Instituto Cervantes, Instituto El
Salvador, o sea, colegios de clase media y baja. Sin embargo, el Liceo
Salvadoreño, Externado San José, Colegio Don Bosco, Santa Cecilia, ¡no
había ninguno! Estos eran los colegios para la clase alta. Los Alacranes del
Instituto Nacional éramos la mayoría... y el sexo femenino la minoría.
"La Coordinadora", formada con representantes de los diferentes
colegios, trataba de ordenar la manifestación. Usando los recién introducidos
megáfonos tratando de formar a todos en "cinco filas indias" que
ocuparían la ancha Calle Rubén Darío, y el destino: La Plaza Libertad.
Mi Amigo y yo
nos ubicamos en medio de las casi cuatro cuadras de largo que formaba la
manifestación. Ya estaba lista la partida cuando un bombazo se oyó venir de la
cabeza del desfile, ¡siguió otro bombazo... y otro... y otro!... Humo blanco se
vio salir de entre las filas, y pronto siguió la estampida. Sin saber exactamente
qué pasaba, pero adivinándolo, nosotros corrimos con los demás hacia el lado
opuesto de los bombazos, sólo a toparnos con un camión lleno de Policías
Nacionales que disparando bombas lacrimógenas nos cerraban el paso...
¡Estábamos cercados!...
El
pánico se apoderó de todos. Los policías se bajaron del camión hacia nosotros
¡machete y garrote en mano! Cuando nos dimos cuenta que teníamos cerradas ambas
salidas, todos nos saltamos el enorme muro que bordea el Parque Cuzcatlán y
entramos al parque. Allí comenzó la cacería, golpiza y captura de muchos
compañeros, pues también dentro del Parque nos esperaban muchos Guardias
Nacionales.
Estudiante misión del saber ¿Qué no ves la represión? porque tu saber
es poder comandarás la liberación...
Con mi alero a la par
corrimos como venados cruzando el parque a cien por hora, evadiendo beneméritos
y saltando cercas, ¿Pero adónde ir? Parecía que los chafarotes nos habían
cerrado todas las salidas, disparos de varios calibres comenzaron a sonar
mientras corríamos, ¡aceleramos aún más!. Yo no sabía dónde mi pana y los otros
estaban, solo sabía que varios iban corriendo conmigo.
Al fin, llegando al Gimnasio
Nacional, nos reagrupamos unos 30 compañeros, busqué en el grupo a mi cuate, mi
espíritu dio levantón al verlo, pero su cara cambiaba entre la palidez y
púrpura, ¿cómo se vería la mía?... Nos escabullimos por desconocidas calles hasta
llegar al lugar contiguo al Instituto Nacional. Una corrida de casi
cinco kilómetros la habíamos hecho en menos de media hora. Allí sudando y
agotados, nos sorprendimos de encontrar cientos de compañeros ¡y seguían llegando!,
parecía que todos tuvimos la misma idea: El Campus de la Universidad
Nacional Autónoma de El Salvador..., ¡estábamos a salvo!
¿Oís ese cipote hablando? ¡Lucha armada está pregonando con puño en alto
lo va gritando y él dice que ahora es cuando!
La "U", como era conocida, tenía ya 12
años de estar ubicada al norte de lacapital,
otrora estuvo localizada enfrente de la Catedral Metropolitana, pero
esta se quemó y la trasladaron al final de la 25 Avenida Norte, bien al Norte
de la ciudad.
La
U era un predio que abarcaba casi el mismo tamaño de mi Colonia Santa Lucía. El
terreno donde estaba el Instituto Nacional, por ejemplo, era prestado por la
Universidad, siendo tan sólo una cerca "malla ciclón", la que los
separaba. El Campus tenía siete facultades, 18 mil estudiantes y, por decreto
constitucional, se le había declarado "autónoma en lo docente,
académico y administrativo". Ningún "chafarote" uniformado
jamás había entrado a la U, ésta simbolizó siempre el centro activo de
oposición al gobierno.
Por
entonces recién nacía una nueva universidad fundada por los Jesuitas: La
Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" o UCA, pero era tan
cara que sólo ricos podían afrontarla, además, sólo tenía cuatro facultades.
Nos dirigimos al Auditórium de
la Facultad de Derecho. Allí se encontraba ya nuestro líder con parte de
"la Coordinadora", hablaban con un individuo de unos 20 años, que
nunca había visto, nos acomodamos en las butacas del auditórium y los niveles
de adrenalina comenzaron a bajar. Corrí mi vista a todos los presentes
observando sólo caras juveniles y sólo testosterona.
Después
de media hora, el tipo que vimos hablar con el líder, usando el micrófono, se
dirigió a nosotros con este discurso que yo escribí esa noche en mi diario
personal: "AGEUS" nos dijo "se siente orgulloso
del despertar del estudiantado de secundaria, por que juntos vamos a derrocar
la tiranía y liberaremos a nuestro pueblo de la miseria y explotación".
Eran impresionantes palabras que oía por primera vez y levantaron mi
"espíritu revolucionario". Este tipo resultó ser el Presidente de la
Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (AGEUS)
Los 600 y pico de estudiantes, azuzados por su verborrea revolucionaria,
pedimos salir de nuevo en manifestación ¡al momento!, el de AGEUS nos
dijo que, por ser feriado, no se hallaban más que unos 300 universitarios en el
Campus para acompañarnos, pero si estábamos dispuestos nos apoyaban, no nos
importó, y levantando todos la mano votamos por salir en manifestación
nuevamente. A las 12 del mediodía con cerca de 200 universitarios al frente de
la marcha y 600 de secundaria siguiendo, nos lanzamos a la calle en fila india
nuevamente.
En
lugar de seguir la tradicional ruta de la 25 avenida, cruzamos y tomamos la
Calle de los Locos (29 Calle Poniente) que dobla cerca del Hospital Bloom. Esta
calle va cuesta abajo y cuando habíamos avanzado casi dos cuadras, nos salió a
cerrar el paso La "Benemérita" Guardia Nacional en trajes de fatiga.
Inocentes
niños de mi color
con sus panzas
prominentes
llenas de
lombrices candentes
pero ellos
callan su dolor
La marcha se paró, la Guardia avanzó
hacia nosotros con bayoneta apuntando a nuestra dirección, los líderes nos
ordenaron dar media vuelta y marcha atrás, la chota seguía avanzando, y al
llegar al cruce del Bloom, y unos metros de la entrada del Campus, ¡la guardia
comenzó a disparar!... ¡Estampida nuevamente!.. Esta vez la corrida fue de unos
metros, pero los disparos continuaban, un cable de electricidad cae al suelo en
señal que la animala disparaba ¡munición viva!
Entramos esta vez por la 25 avenida y
fue cuando vi venir detrás de nosotros unos compañeros cargando heridos o
muertos. El pánico se acrecentó cuando llegamos a la pequeña plaza del
Paraninfo y la Biblioteca. Allí reposaban en el suelo ensangrentados compañeros
heridos, atendidos por estudiantes de Medicina. ¡De pronto! Una balacera
comenzó en la entrada de la 25 avenida que nos hizo tirarnos al suelo, después
supimos que un grupo de compañeros había apedreado, desde dentro de la U, un
"jeep" militar con jefes militares abordo que había pasado por allí.
Permanecimos semi-cercados hasta las tres de la tarde y la jornada había dejado
tres muertos, 15 heridos y 65 capturados.
Después
de estos incidentes en el 71, la situación política aparentó calmarse hasta
Marzo de 1972, cuando sucedería el robo electoral más descarado que vería El
Salvador en toda su corta Historia.
Después
de esta elección, un puñado de intelectuales comprendería que no se podría
sacudir esta sangrienta dictadura a través del voto, por lo que sólo había una
última opción para acabar con el complejo militar-oligárquico-gringo que "explotaba
y oprimía" en favor de unos pocos: