¡Cómo extraño Mi País! sus ríos, su campiña, su bella gente, es Mi Pueblo
de vida inocente ¡Cómo extraño mi raíz!
En 1635, un grupo de españoles fundaron a las orillas del famoso río Acahuapa
la colonia San Vicente de Lorenzana, en 1658 recibió su título de Villa,
y su nombre le fue cambiado por el de SanVicentedeAustria. El Río Lempa cruza en toda su extensión este Departamento limítrofe entre
las Zonas Central y Oriental de El Salvador. Otrora el Puente de Oro
en la Carretera costera del Litoral y el Puente Cuzcatlán en la Carretera
Panamericana, cruzaban sobre el Río Lempa, así enlazando ambas zonas. Ambos
fueron destruídos durante la Guerra Civil de los años 80s.
El Valle de
Jiboa es una de las zonas más fértiles del País cuyo principal cultivo es la
Caña de Azúcar, siendo Monarca del Valle el imponente volcán de San Vicente ó
Chinchontepec (2,181 m.), un volcán de dos cimas y que se puede apreciar
de tan lejos como la ciudad Capital de San Salvador.
Dice la Historia,
de mi escuela primaria, que el cacique Indígena de los Nonualcos, Anastasio Aquino, lideró
una rebelión indígena a mediados del siglo XIX, y cuya culminación fue la captura de
la Ciudad de San Vicente porAnastasioAquinoy sus huestes, entonces
entrando en la iglesia El Pilar, "elindio"Aquinoarrebató la corona a la estatua de La Virgen y se coronó con ella proclamándose
"Rey de los Nonualcos". Las tropas del gobierno contratacaron
derrotando a Aquino el cual fue ejecutado junto con miles de Indígenas
que lo seguían. Entre sus ciudades se encuentra San Cayetano, Verapaz,
Guadalpe, Apastepeque, Tecoluca, San Sebastiany la cabecera departamental
San Vicente.
Su cocina es su comal, su alimento su maíz, y aún viviendo mal, parecen
vivir feliz.
Con el gallo se levantan, y no conocen la pereza, lejanas leguas caminan, con
el cántaro a la cabeza.
Con su cipote a su lado, el hombre guía su arado, hiriendo la madre
tierra, va semillando la zanja, con fé y esperanza, y el cipote la entierra.
Inocentes niños de mi color, con sus panzas prominentes; llenas de
lombrices candentes, pero ellos callan su dolor...
Muy lejos, lejos de la granja, se oye ruido malvado; muy lejos está
la esperanza, lo perverso y el pecado.
¡Pero aquí sólo se oye la perdíz, el zenzontle y la golondrina! ruidos
de Mi Tierra divina. ¡Cómo extraño Mi País!