En San Romero
Del Mundo
te convertiste
Monseñor Romero.
Cuando
con
dolor profundo
viste correr
la sangre de los pobres
en ese heróico
pueblo
salvadoreño
liderado por Farabundo
en la guerra
contra el hambre.
Levantando
la voz
de los sin voz
sobre esa senda escabrosa
de Washington y Roma.
Y
aún consciente
que por ello volarías
cómo Paloma de la Paz
al infinito
quisiste
sentar
el precedente
de ser un verdadero Cristiano
aquí, en la tierra.
Y la
Estrella
que alumbra a la penumbra
de esta selva en caos
para los que luchan
por
un mundo nuevo
sin fronteras y esclavos.
Queriendo cambiar
sus colonias
en
pueblos soberanos
autodeterminados
Y vivir
de sus recursos naturales
sin
immigrar jamás
dividiendo a la familia
y muriendo en la frontera
a tantas
millas
de esa tierra que los vió nacer.
Y exigír
juicio y castigo
para
los asesinos
de ese Pulgarcito heróico
del Continente Latino
donde irónicamente
se levanta un monumneto
a uno de sus asesinos
Mayor Roberto D'Aubisson.
Por haber callado la voz
pero no tus ideales
pues eres
el mediador
espiritual
entre la tierra y el cielo!
Y te canonice el Papa o no,
eres
para los pobres
de la tierra, San Romero
y las masas
te llaman a la fila
cuando luchan
por los cambios
San Romero? San Romero?
Hijo mío donde estás que no te encuentro
te he buscado por barrancas
por
veredas, por ríos y por mares,
y por diferentes lugares
que me dicen "allá
hay muertos"
Me he sitiado por días en las playas
mirando fijamente
hacia los mares,
como esperando que surja un milagro
que los tumbos me traigan
tu cadáver.
Regreso traumada, taciturna,
buscandote en las cabezas
que
cuelgan y que ruedan
con lujo de barbarie
por los enemigos del pueblo,
pero
hijo mío, tú no estás,
son los hijos de otras madres.
Te busco en el campo
y en las ciudades
levantando las piernas y los brazos
de los cuerpos desgarrados
por los perrros,
como queriendo encontrar
tus verdaderas señales,
aquellos
dos bellos lunares,
pero hoy como ayer, hijo mío,
son los hijos de otras madres.
Terminé
con la última alternativa,
hijo de mi alma,
buscandote en todititos los penales
de
donde salí con mi corazón
fortalecido por el coraje,
porque mi único delito es
el de ser madre
y sin piedad me golpearon los guardias animales.
Hoy ya
dije, no te busco hijo querido
aunque tenga mi corazón hecho pedazos.
Le pediré
a Dios tranquilidad
para recibir como hijo verdadero
esa cosa por la que tu
andas luchando
de la que tanto me hablabas que era bella,
....que se llama
¡LIBERTAD,
LIBERTAD, LIBERTAD!
Oh botas terroristas
en mi lecho de torturas,
me tenías tirada en un piso
frío
y desnuda.
Con una venda socadísima en la vista
con mis manos atadas
hacia atras
y las ataduras metidas en mi piel,
¡por lo inflamado!
Y mi
oído sentía tus pasos
cuando ibas hacia mí.
Y para mi mente receptiva,
casi
al borde la locura
era una tortura psicologica
esperando tristemente,
la
tortura diferente
que después de cada intervalo
ese asesor malo, malo
te
ordenaba que practicáras en mí.
¡Oh tortura despiadada¡
¡Oh maldad de botas malas
malas!
Me violaste
me pusiste choques eléctricos
me quemaste y pinchaste
mi cuerpo
¡Y me dañaste mi garganta!
Me dislocaste mi mano izuierda,
me
fracturaste la derecha,
mi nariz y mi pecho,
Y lo mas grave,
¡mi pelvis y
mi espina dorsal!
Te ensañaste botas malas
en jugar fútbol conmigo
donde
no habían testigos
¡que sintieran mis quejidos!
Botas malas, yo te digo:
¿Cuándo
te enjuiciaran?
Me tenías en un charco de sangre.
Y me metías a una ducha
fría
para poderme lavar la sangre,
que de mis rodillas y mi recto manaba
Por
la introducción
de una estaca mortal.
Oh botas terroristas,
¿Cuándo te
enjuiciaran?
Para poder decir que tenemos,
un gobierno democrático
¡qué termine
con lo injusticia
y la maldad!
¿Cuándo, cuándo, cuándo?
Desde que tuve uso de razón
quería gritar a los cuatro vientos:
¡Patria
mía!
A pesar que ignoraba
que había un mundo grande, grande
por vivir entre
cerros y colinas.
Sintiendo solamente, tu agonía.
No sabía que el mundo
era
tan grande
Y con pueblos miserables,
como el mío
Y que había un Dios,
que
les imponía su destino.
Que los ata
con grillos y cadenas.
Y los explota
y los tiene oprimidos
para que no hablen
Los tortura, los bombardea,
y los
pobres se enajenan.
Yo quería gritar
a los cuatro vientos;
Yo apenas
tengo techo
y me como la tortilla
con frijoles,
Pero la inmensidad de gente
que me rodea,
se la come solamente con sal,
porque no ajustan
para la libra
de frijoles.
Con sus niños
desnutridos sin escuela.
Porque desde chicos,
sacan
con su padre la tarea.
Aún sembrando ellos
y levantando ellos mismos
la
cosecha,
no pueden comprarle
a los patrones,
la librita de arroz, de maíz,
y
de frijoles,
para alimento de sus hijos desnutridos,
después de trabajar
para
el patrón,
jorobados
y quemados por el sol,
máximas víctimas
de la gran
explotación.
Con los que hacen parir
a nuestra madre tierra,
para que
el mundo coma,
elabore y mueva,
con la poderosa alianza
del obrero,
la
economía controlada, por la fiera.
¡Oh Mujer Salvadoreña
incansable trabajadora
en el marco tercermundista
de
la lucha organizada
desde mil novecientos veinte
por los derechos urgentes
de
la mujer y el niño!
Ese niño
que cual pajarito enjaulado,
está privado
de su niñez
en una vida infrahumana
y por ese justo interés
de llevarlo a
una vida justa
con definición y coraje,
¡marchaste a la par del hombre
con
la metralla o fusil!
Sentando un gran precedente
en esa batalla armada,
del
pulgarcito de América.
Para matar y que te mataran
por ese lindo ideal.
En
esa lucha sangrienta
pero a la vez sagrada
por llevar una meta fija
hacia
los cambios soñados
para las nuevas generaciones
Y aún a sabiendas
que
tus niños podían quedar
huérfanos
y tu corazón por ello sangraba,
no distes
un paso atrás
fuistes valiente, fuistes abnegada
Por la justicia social
Esa
justicia social mujer,
donde tú,
puedas legislar tus leyes
y se respeten
tus derechos
que son tan pisoteados
por el patrón explotador
y por el hombre
que aún llevas,
en tu corazón.
Todo, por voluntad del sistema,
explotador
y opresor.
Pues cómo ser humano,
la mujer universalmente,
es la máxima
víctima
puesto que es ella
el centro del núcleo familiar
en la que descansan
todititos
los problemas
de ésta injusta sociedad.
Y tú mujer salvadoreña
estás poniendo
para ello
un granito de arena,
en el contexto global.
Y cómo ejemplo
constante
en la ardúa tarea,
del proceso libertario
de tu patria,
hambrienta
de justicia y paz,
velas por los niños
huérfanos y desamparados
por la guerra.
Que
cambió su estrategia
con los Acuerdos de Paz.
¡Adelante Mujer Salvadoreña!
con
la solidaridad del mundo
para llevar a la victoria final
a esa tierra de FARABUNDO
MARTÍ
PARA LA LIBERACIÓN NACIONAL
¡Adelante, mujer, adelante!