¡MÉXICO LINDO Y QUERIDO!

MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA
1859-1895

        Ejerció la profesión del Periodismo casi toda su vida y al mismo tiempo usó diferentes seudónimos -como El Duque Job- para publicar sus escritos en prosa de los que dejo una vastedad. Es autor de varios cuentos y relatos como "Cuentos Frágiles" (1883) por lo que se le ha considerado el pionero de la narración modernista.
        Gutiérrez Nájera se le conoce más por sus prosas que por su poesía que es escasa. Póstumamente se publicó en 1896 un libro poético que hoy se lee como un texto clásico con gran reconocimiento. Su romanticismo es elocuente en el sentimiento central y la conformidad de su poesía. José Martí (quién lo unía amistad) escribió sobre él: "Es de los pocos que está trayendo sangre nueva al Castellano y de los que mejor esconden las quebraduras y hendijas inevitables de la rima. Más hace; y es dar gracia y elegancia al idioma español".
 

PARA UN MENÚ

Las novias pasadas son copas vacías;
en ella pusimos un poco de amor;
el néctar tomamos...huyeron los días...
¡Traed otras copas con nuevo licor!

Champán son las rubias de cutis de azalia;
Borgoña los labios de vivo carmín;
los ojos oscuros son vino de Italia,
los verdes y claros son vino del Rhin.

Las bocas de grana son húmedas fresas;
las negras pupilas escancian café;
son ojos azules las llamas traviesas
que trémulas corren como almas del té.

La copa se apura, la dicha se agota;
de un sorbo tomamos mujer y licor...
Dejemos las copas...Sí queda una gota,
¡Que beba el lacato las heces del amor!

PARA ENTONCES

Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo,
donde parezca sueño la agonía,
y el alma, un ave que remonta el vuelo.

No escuchar los últimos instantes,
ya con el cielo y con el mar a solas,
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz, triste, retira
sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira:
algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona;
cuando la vida dice aún: soy tuya,
aunque sepamos bien que nos traiciona.

  

DE BLANCO

¿Qué cosa más blanca que cándido lirio?
¿Qué cosa más pura que místico cirio?
¿Qué cosa más casta que tierno azahar?
¿Qué cosa mas virgen que leve neblina?
¿Qué cosa más santa que el ara divina
de gótico altar?

¡De blancas palomas el aire se puebla;
con túnica blanca, tejida de niebla,
se envuelve a lo lejos del feudal torreón;
erguida en el huerto la trémula acacia
al soplo del viento sacude con gracia
su níveo pompon!

¿No ves en el monte la nieve que albea?
La torre muy blanca domina la aldea,
las tiernas ovejas triscando se van,
de cisnes intactos el lago se llena,
columpia su copa la enhiesta azucena,
y su ánfora inmensa levanta el volcán.

Entremos al templo: la hostia fulgura;
de nieve parecen las canas del cura,
vestido con alba de lino sutil;
cien niñas hermosas ocupan las bancas,
y todas vestidas con túnicas blancas
en ramos ofrecen las flores de abril.

Subamos al coro: la virgen propicia
escucha los rezos de casta novicia,
y el cristo de mármol expira en la cruz;
sin mancha se yerguen las velas de cera;
de encaje es la tenue cortina ligera
que ya transparente del alba la luz.

Bajemos al campo: tumulto de plumas
parece el arroyo de blancas espumas
que quieren, cantando, correr y saltar;
la airosa mantilla de fresca neblina
terció la montaña: la vela latina
de barca ligera se pierde en el mar.

Ya salta del lecho la joven hermosa,
y el agua refresca sus hombros de diosa,
sus brazos ebúrneos, su cuello gentil;
cantando y risueña se ciñe la enagua
y trémulas brillan las gotas de agua
en su árabe peine de blanco marfil.

¡Oh mármol! ¡Oh nieve! ¡Oh inmensa blancura
que esparces doquiera tu casta hermosura!
¡Oh tímida vírgen! ¡Oh casta vestal!
Tú estás en la estatua de eterna belleza,
de hábito blanco nació la pureza,
¡al ángel das alas, sudario al mortal!

Tú cubres al niño que llega a la vida,
coronas las sienes de fiel prometida,
al paje revistes de rico tisú.
¡Qué blancos son, reinas, los mantos de armiño!
¡Qué blanca es, oh madres, la cuna del niño!
¡Qué blanca, mi amada, qué blanca eres tú!

En sueños ufanos de amores contemplo
alzarse muy blancas las torres de un templo
y oculto entre lirios abrirse un hogar;
y el velo de novia prenderse a tu frente,
cual nube de gasa que cae lentamente
y viene en tus hombros su encaje a posar.

AMADO NERVO
1870-1919

        Nació en Tepic Nayarit, fue aspirante a sacerdote y, luego de abandonar, se fue a residir a la ciudad de México, donde empezó a enviar escritos a las revistas Azul y Revista Moderna, ambas de Gutiérrez Nájera. Llego a Paris en 1900, como corresponsal del diario El Imparcial. Aquí conoció a Rubén Darío, con quién estableció una permanente amistad...y también conoció a Ana Cecilia Luisa Dailliez. a quién casó y amó hasta su muerte en 1912. Su muerte lo motivó a publicar en su honor su libro póstumo "La Amada Inmóvil", inmortalizándola en su bello poema "Gratia Plena". Entre sus obras poéticas se hallan: "Perlas Negras" (1898), "Los Jardines Interiores" (1905), "El Arquero Divino" (1920), "Mañana del Poeta" (1938), "La Última Luna" (1943).

GRATIA PLENA

Todo en ella encantaba, todo en ella atraía
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar...
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era llena de gracia, como el AveMaría;
¡quién la vió, no la pudo ya jamás olvidar!

Ingenua como el agua, diáfana como el día,
rubia y nevada cómo Margarita sin par,
al influjo de su alma celeste amanecía...
Era llena de gracia como el Avemaría;
¡quién la vió, no la pudo ya jamás olvidar!

Cierta dulce y amable dignidad la investía
de no sé que prestigio lejano y singular,
más que muchas princesas, princesa parecía:
era llena de gracia como el Avemaría;
¡quién la vió, no la pudo ya jamás olvidar!

Yo gozé el privilegio de encontrarla en mi vía
dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar,
y cadencias arcanas halló mi poesía.
Era llena de gracia como el Avemaría;
¡quién la vió, no la pudo ya jamás olvidar!

¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía...
pero flores tan bellas nunca pueden durar!
Era llena de gracia como el Avemaría;
y a la Fuente de gracia, de donde procedía,
se volvió... como gota que se vuelve a la mar!

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EN PAZ

Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo Vida.
porque nunca me diste ni esperanza fallida
ni trabajos injustos ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas.

Cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno;
¡más tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
Más no me prometiste tú sólo noches buenas,
Y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida nada me debes! ¡Vida estamos en paz!

MADRIGAL

Por tus ojos verdes yo me perdería,
sirena de aquellas que Ulises, sagaz,
amaba y temía.
Por tus ojos verdes yo me perdería.
Por tus ojos verdes en lo que, fugaz,
brillar suele, a veces, la melancolía;
por tus ojos verdes tan llenos de paz,
misteriosos como la esperanza mía;
por tus ojos verdes, conjuro eficaz,
yo me salvaría.

JUAN DE DIOS PEZA
1852-1910

REÍR LLORANDO

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirle le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra,
y el más feliz..."
y el cómico reía,
Víctima del spleen los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez ante un médico famoso
llegóse un hombre de mirar sombrío:

"Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
'Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte,
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única solución la de la muerte".

-Viajad y os curaréis. -¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad -¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer -¡Si soy amado!
-Un título adquirid -¡Noble he nacido!
-¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas
-¿De lisonjas gustáis? -¡Tantas escucho!...
-¿Qué tenéis de familia? -Mis tristezas.
¿Váis a los cementerios? -Mucho...mucho...
-¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
-Sí, más no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
-Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debo de acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo:
"Sólo viendo a Garrick podréis curaros".
-¿A Garrick? -Sí, a Garrik...La más remisa,
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa!
-¿Y a mí me hará reír? -¡Ah! sí, os lo juro;
él sí; nada más él; más...¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡yo soy Garrik!... Cambiadme la receta"
.

¿
Cuántos hay, que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio?

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Sí se muere la fe, sí se huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: La sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que la vida son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.

"ESTE ERA UN REY..."

Ven mi Juan, y toma asiento
en la mejor de tus sillas;
siéntate aquí, en mis rodillas,
y presta atención a un cuento.
 
Así está bien, eso es, 
muy cómodo, muy ufano,
pero ten quieta esa mano:
vamos, sosiega esos pies.
 
Este era un rey... me maltrata
el bigote ese cariño.
Este era un rey... vamos niño,
que me rompes la corbata.
 
Si vieras con qué placer
ese rey... ¡Jesús! ¡qué has hecho!
¿Lo ves? en medio del pecho
¡me has clavado un alfiler!
 
¿Y mi dolor te da risa?
Escucha y tenme respeto;
este era un rey... deja quieto
el cuello de mi camisa.
 
Oír atento es la ley
que a cumplir aquí te obligo...
Deja mi reloj... prosigo.
Atención; éste era un rey...
 
Me da tormentos crueles
tu movilidad chicuelo,
¿ves? has regado en el suelo
mi dinero y mis papeles.
 
Responde: ¿me has de escuchar?
Este era un rey... ¡qué locura!
Me tiene en grande tortura
que te muevas sin parar.
 
Más ¿ya estás quieto? Sí, sí,
al fin cesa mi tormento...
Este era un rey, oye el cuento
inventando para ti...
 
y agrega el niño que es ducho
en tramar cuentos a fe:
"Este era un rey... ya lo sé.
¿porqué lo repite mucho”.
 
"Y me gusta el cuentecito
y mira, ya lo aprendí:
"Este era un rey ¿no es así?"
¡Qué bonito l ¡Qué bonito!"
 
Y de besos me da un ciento,
y pienso al ver sus cariños:
los cuentos para los niños,
no requieren argumento.
 
Basta con entretener
su espíritu de tal modo
que nos puedan hacer todo
lo que nos quieran hacer.
 
Con lenguaje grato o rudo
un niño, sin hacer caso,
va dejando paso a paso
a su narrador desnudo.
 
Infeliz del que se escama
con esas dulces locuras;
¡si estriba en sus travesuras
el argumento del drama!
 
¡Oh Juan! me alegra y me agrada
tu movilidad tan terca;
te cuento por verte cerca
y no por contarte nada.
 
Y bendigo mi fortuna,
y oye el cuento y lo sabrás;
"Era un rey a quien jamás
le sucedió cosa alguna".
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

AMIGOS Y LIBROS

Elige ¡oh Juán! un amigo
franco, sincero y honrado
que cuando estés a su lado
no extrañes no estar conmigo.

Un joven que imite a un viejo
en lo juicioso y prudente,
que te conforte y aliente
siempre que te dé un consejo.

Que se interese en tu bien,
que censure tus errores,
y en tus dichas y dolores
se alegre o sufra también.

Que nunca te incline al mal,
que no te engañe ni adule,
y te aplauda o te estimule
con desinterés igual.

No un farsante, un caballero,
por hechos, no por blasones;
que sea en todas tus acciones,
no un cómplice, un compañero.

Que puedas darle tu mano
sin temor de que la manche;
un ser que el alma te ensanche
cuando le llames hermano.

No le canse tu exigencia,
ni tu carácter le hostigue;
piensa bien cuánto consigue
la mutua condescendencia.

Que no ostente falsas galas;
que no oculte la verdad
y sepa que la amistad
es sólo el amor sin alas.

¡Oh, mi Juán! yo te lo digo,
por que este mundo al cruzar
es muy difícil hallar
este tesoro: Un amigo.

Y es tan grave su elección
que te lo puedo decir,
compromete al porvenir,
compromete al corazón.

Y tanto influye en la suerte
del necio que se descuida,
que un buen amigo es la vida
y un mal amigo la muerte.

Cómo tu dicha es mi afán
no busques falsos testigos
tus libros y tus amigos
preséntamelos, mi Juán.

 

 

SALVADOR DêAZ MIRïN
1853-1928

¡AVE MARÍA!

¡Ave María! ¡Llena de gracia!
Tienes tres lustros, ojos de antílope,
mirada de astro, sonrisa de ángel,
boca de perlas y de rubíes,
tes de durazno que incita el diente
con sus pelusas y sus carmines,
herba de hoyuelo, crenchas de oro,
frente de musa, cuello de cisne,
pechos de estatua que el tul descubre
altos, redondos, blancos y firmes:
una belleza pagana y prócer
y en ella el lampo de una alma vírgen.

Los que se arrastran no te conocen;
eres estrella, no ames reptiles,
que la hermosura, florón glorioso,
triunfal corona, botín sublime,
deber de ser lauro de la grandeza,
llámase genio, virtud o crimen.

 

 

 

JUSTICIA

Fuerza es convenir en ello:
todo hombre es un pecador.
No hay nadie que en su interior
no esté con la soga al cuello.
-Anónimo

Ceñudo y calenturiento
sacudo la frente fiera,
cómo si así consiguiera
arrojar el pensamiento.
Pero altivo en mi tormento
miro el tiempo que pasó,
que las faltas en que yo,
frágil como hombre, incurrí,
podrán afligirme, sí;
pero avengonzarme, no!
Dicen que todo mortal,
hasta el que lleva la palma,
es, por fallo de su alma,
un condenado al dogal.
Mas no tiene suerte igual
la púrpura y el andrajo:
cuando el culpable no es bajo,
es menos vil su sentencia.
Por eso yo en mi conciencia
reclamo el hacha y el tajo.

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Tamen

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POESÍA DEL SIGLO XX
DAVID ALFARO SIQUEIROS - PINTURA
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