PEDRO GEOFFROY RIVAS
1908-1979

VIDA, PASIÓN Y MUERTE DEL ANTIHOMBRE
(fragmento)

Con un afán de árboles
Ella desenterró sus muertos para esta vida en que culminan
diez millones de vidas,
crucificó su cuerpo en la corte de todos los caminos para mí
alzado y sin fronteras
y nutrió mis raíces en el hueco de una vieja nostalgia de ojos
madrugados.

Y fui yo solo entonces a taladrar mi brecha,
prolongando un dolor que me llegaba nadie sabe de dónde,
a llenar mi destino de ser apenas un jalón en el sueño,
a pulir mi diamante, a descubrir mi pozo,
a levantar muy alto unas cuantas banderas de alegría.

Un niño triste a veces se me asoma a los ojos,
pálido niño pálido de silencio y de anhelo.
A veces también lloro por mi frustrada ancianidad,
grito sobre mi muerte lejana y prematura,
sumergido en angustia,
como quien hunde la cabeza en una almohada
para que nadie vea sus latentes racimos de tristeza.

Pobrecito poeta que era yo, burgués y bueno
espermatozoide de abogado sin clientela

Ah, corazón en llamas, desplazado, derruido,
expresado a voz alterna de ansia y alegría.
Flor abierta y sangrando su respuesta sin el
claro motivo de una sola pregunta.

Ah, compañera, compañera mía, dueña del mundo, esclava.
Ah, silenciosa mía silenciosa...
Tú y yo concretamos el tiempo y la distancia,
limitamos la vida como entre dos paréntesis
y ordenarnos el mundo con una geometría inusitada.

De légamos profundos, inconforme,
levantándose absurda, desmedida,
monstruosa de protestas,
agria la voz que me agobia,
que me empuja,
que me alza y me sumerge.

De dónde vino a mí?
De dónde fue en nosotros?
Quién arrojó semillas a los surcos hambrientos?
Desde cuándo eran nuestras las estrellas?

De aquí. De allá. Ellos. Nosotros. Desde siempre

Para qué preguntar.

Lento buzo de fuente humilde y mínima
trajo palabra antípoda para la voz alzada,
desbordada respuesta, ancha, sin tregua,
palpitando en las vértebras mismas de las interrogaciones,
médula joven mía tensa y firme.
Y a los potros del viento fatigaron los ecos.

Vivíamos sobre una base falsa,
cabalgando en el vértice de un asqueroso mundo de mentiras,
trepados en andamios ilusorios,
fabricando castillos en el aire,
inflando vanas pompas de jabón,
desarticulando sueños...

Pobrecito poeta que era yo, burgués y bueno...

Y descendí también a los infiernos.

He visto al hombre desnudo y tembloroso
purificarse en llamas de miseria.
He visto al hombre en toda su terrible verdad,
en su espantosa y sublime verdad,
revolcarse en los lodos de las más cruentas y salvadoras abyecciones,
empinarse en los inicuos pedestales de las más íntimas y dolorosas bajezas
y surgir transparente de los fuegos de su propia recriminación.

Y también me levanté de entre los muertos.

PARA ENTERRAR A UN MUERTO

ya oye ya
ya oye ya
ohuaya oye ya

que se abra la puerta de turquesa

ya oye ya

ya se marcha el que estuvo entre
nosotros
se va el que se vio en nuestros
rostros
nos deja el que anduvo a nuestro
lado
el que fue nuestro espejo
el que vino a la vida como un canto
el que se abrió como corola
ohuaya oye ya

queda su nombre aquí en la tierra
su nombre verdadero que hasta hoy
conocemos
la gloria que le fue prestada
ya oye ya

alzad los estandartes de la
despedida vosotros los que con él hicisteis
reverencia
y digamos que no perecerá su fama
mientras recorre la región
del misterio

ohuaya oye ya

en pintadas vasijas depositad su
alimento llenad de chicha la sagrada cántara para
que no desmaye
para que no padezca sed en la
llanura
ya oye ya

envolved su cuerpo con el manto
amarillo
que el nocturno jaguar
le alumbre el camino con sus ojos
de jade
que el búho del presagio
guíe sus pasos entre las piedras

acechantes
que la sagrada serpiente lo
defienda del viento y de los hielos
que llegue salvo a la casa de
mictlantecuhtli

ohuaya oye ya

esperadlo a la mitad del día
vosotras
las mujeres que moristeis de parto
dadle un atado de plumas
para que merezca su alimento
que pueda ver al sol
que acompañe su marcha
golpeando su escudo
que cante y baile junto al árbol
florido haciendo sonar los cascabeles que
adornan sus tobillos

ya oye ya

te vas
te fuiste
ya viene a descarnarte
el acrecentador de los hombres

ohuaya oye ya

ve y extiéndete
ve y extiéndete espera el día de la transformación

ya oye ya

que se cierre la puerta de turquesa

ya oye ya
ya oye ya
ohuaya oye ya

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PARA QUE NAZCA UN NIÑO

oh dador de la vida
ipalnemoaní
doble señor de lo cerca y
de lo junto déjalo llegar

roja deidad de los mantenimientos
dueño del agua verde
amo de las cañas
venid a esperarlo

ya llega
ya llega
ya se acerca a nosotros

aquí se detendrá
donde se levanta el humo

se posará entre las flores
descansara a nuestro lado

sólo un instante
sólo un instante estará
entre nosotros
que ese instante sea de felicidad

que merezca un penacho de plumas
oh señor de la casa del sur

que sea digno del báculo amarillo
oh domador del viento

que sus palabras sean como
fragantes flores

oh xochipilli
señor de la poesía

que entre juncias y acacias
dance para honrarte
oh siete mazorcas

la que nos das la primavera

dale su rostro
señor de los presagios

ajuía ayatonac
ajuía ayatonac

se está abriendo la corola de sangre
ye machiyotla tetemoya

venid niños del agua
danzad junto a su cuna repitiendo
su nombre

tecuilitla tehuaqui
ye machiyotla tetemoya

ya se rompe el cofre de jade
ya viene
ya viene
ya asoma su rostro el elegido

ajuía ayatonac
ajuía ayatonac

levántate ven sé enviado
levántate ven niño nuevo
levántate ven

ajuía machiyotla tetemoya

levántate ven sé enviado
levántate ven niño joyel
levántate ven

ajuía ayatonac
ajuía ayatonac

LOS NIETOS DEL JAGUAR

desde abajo
desde donde fue el principio
vino creciendo la raíz
extrañamente hacia arriba
buscando luz tal vez aire respuestas
escalera para los jugos
primordiales
oscuro metal marcándonos
hasta un futuro irremediable
así se grito el rumbo
se trazó la señal
se roturó el surco de la estirpe
nadie supo dónde comenzó
cómo vino
retorciéndose
apretado entre piedras
levantando agua serpientes
minerales
ríos de verde hasta olvidar el nudo
del origen cargándonos la sangre
de preguntas
dudas
sollozos germinales contra la oculta
ordenación
la ceniza levantando su flor
bestias ancestrales reviviendo sus
lunas
negras constelaciones contra un
cielo amarillo
encendiendo la noche con sus jades
de asombro
poblándonos el pecho de sedientos
rugidos
ah qué noche tan noche
qué soledad tan sola
qué silencio preñado de palabras
te abrieron
te rompieron
te escupieron la entraña
devolviste en amor lo que engendró
la rabia
vencida triunfadora
dominante esclava
qué sueño despiadado corriéndote
la sangre
qué bárbaro prodigio
desbordándote
fijándote en el tiempo
volandera raíz
oculta rosa
ah qué mano la tuya amontonando
vida
junto al retoño triste
que fuente de dolor alimentándolo
hasta llegar a lo alto de la nueva
palabra
extraña
ajena
de tan lejos venida
pero tú ya sabías
desde siempre sabías que era tuyo
el acento
tuya la claridad del barro
tuya la rebelde sumisión de la
piedra
tuya toda la música
cómo pudiste
antigua madre
acoger en tu seno
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
toda la furia acumulada en los
canales seminíferos
de un bárbaro extremeño
loco de sol y de destino
a quien generaciones y más
generaciones
le corrían a gritos
entre la piel sudada y la armadura
cómo pudiste
contener en tu mínima vasija
toda el agua de tantos manantiales
ser la portadora del verbo
en el que caben todas las acciones

cómo pudiste
diminuto cayuco
pequeño acali de conacaste
acarrear río abajo a tantos pueblos
cómo pudiste
única raíz
sostener tantos árboles
subir
desde tu piel de níspero
a todas las concentraciones
que en tu lejano nombre se suceden

ah portadora de incontables icpalis
incansable tejedora de ayates
moledora de todos los maíces
que historia de prodigios
creció desde la oculta flor de tus
ovarios
hacia las dimensiones del delirio

ríos de semen corrieron a la par de
la sangre
ríos de áspero sueño
de preguntas sin voz
desesperados ríos de semillas
anegados los llanos salvajes de la
angustia
arroyos con futuro de mar

agua recién nacida llorando sus
gotitas
entre helechos oscuros y sagradas
serpientes
dime
antigua madre
tu claridad de estatua
para encontrar los túneles secretos
que corren por el lecho profundo de
tu cauce
dime tu tumultuosa soledad
el cotidiano duelo de tu entrega
para poder ahora desandar las
raíces
navegar por las venas de una edad
sin memoria
y otra vez descubrir tu comarca de
encendidas pieles
asombrada de pájaros
prometedora de mágicos frutos
bajo el ajeno cielo donde un sol
desconocido traza la geometría de los nuevos
designios

pero aún estamos aquí
y otra vez ganaremos la tierra
para los Nietos del Jaguar

Tamen

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