SALVADOREÑO SOY...
Salvadoreño soy, tengo verde el alma, llevo en mis venas la savia del
bálsamo.
Llevo en mi piel montañas, lunas, e historias sin edades.
Soy
niebla azul de julio, luego de una tormenta de invierno.
Soy barro
oloroso, donde alfareros laboriosos labran sueños y forjan futuros en senderos
de esperanza.
Soy historia, soy memoria, soy montaña, soy sangre caida pero
no vencida.
Soy notas del sur... aromas de mi tierra callada... resabios
de pinos silvestres...
Soy polen recién mojado por el claro rocío mañanero en
la cordillera.
A mi tierra llaman bella, Pulgarcito y ¡que se yo!, Cuscatlán
o simplemente tierra del Divino Salvador.
Soy Centroamericano, soy libre,
soy verde, sudor y dignidad.
Tengo en maiz labrada el alma. Soy pacífico,
soy guerrero y mi abuelo es el jaguar.
Soy café, soy arena, cenizas
de volcán. Soy orgullo, soy indio, armonía y pasión, gallardía y laboriosidad.
Salvadoreño, centroamericano, cuscatleco, para
siempre SOY YO.
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VIENTOS DEL SUR
Déjame volar... a donde los cielos son más azules y donde el impetuoso Pacífico esculpe
su furia en negros murallones.
...donde una azul neblina borra verdes
montañas recién lavadas, un aroma de bálsamo y cafetos en flor impregna el
aire.
Vientos del sur, ¡con olor a montaña!, cañales que florecen y verdes
pinos que con suavidad mecen.
...Donde la tierra es tan noble, lugar
de cigarras que cantan presagiando las primeras lluvias de mayo. Un blanco
rocío mañanero cubre los altos y bellos valles, mientras enero nace en noches
con cielos etéreos, y diciembre se despide con olor a sueños y nacimientos
hechos de barro.
Déjame correr por la playa tibia y embelezarme con el vaivén
de las olas. Vergel de imponentes volcanes y tranquilos lagos.
Atardeceres
olorosos a leña recién cortada, finos amaneceres del pájaro florido.
¡Mi
pequeña tierra orgullosa, de su gente y montañas preciosas!
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