NI DÓLARES NI COLONES
Una polémica sin precedente está discutiendo toda la nación, es que nuestro
flamante presidente sin saliva nos metió la dolarización.
Dice que usemos
los billetes gringos para comprar la comida en el mercado, para pagar la luz
y el agua, si es abonado, y demos "fifty cents" de limosna los domingos.
Esa
es la pregunta del millón: ¿Usar Dólares o colones? Funcione o no la dolarización siempre
harán su Agosto los ladrones.
Yo no sé por qué tanto estupor, tanta discusión
y tantas palabritas; si la majada "bucxa" en El Salvador siempre
ha llamado a los billetes: "Verguitas".
Que no le parezca extraño
ni raro al preguntarle a cipotes o señoritas; ¿ lo que compraron era barato o
caro? y les digan: nos costó solo "cién verguitas".
Así que, aunque
pague con dólares americanos, colones, yenes, éuros, ó reales sauditas; nuestros
abusados jóvenes paisanos los seguirán llamando: bolas, mangos, chuyas y verguitas.
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LAS SIETE PLAGAS
Como un castigo enviado del cielo por los Dioses de nuestros antepasados, nos
han llovido como "pepas al vuelo" siete plagas que nos han dejado bién
amolados.
Sufrimos una larga y sangrienta guerra que enfrentó hermano contra
hermano. Por la injusticia social que existía de antemano murieron miles y sufrimos
represión perra.
Luego nos vino el terrible Dengue atacando al país con mortal
bravura. Los pobres enfermos, de la calentura, parecía que estaban bailando
merengue.
También nos cayó el Cólera maldito con su secuela de muerte y destrucción. Sembró
el dolor por toda la nación. No nos dejó en paz ni un ratito.
Mitch se llamó
el huracán asesino que inundó pueblos enteros y caseríos. Arrasó casas y gentes
la fuerza de los ríos. El más jodido fué el pobre campesino.
Doña Política también
fué causante de un alevoso crimen pasional. Mató a Don Colón de una traición fatal nombrando
al Dolar, el billete circulante.
Al Rotavirus no se le ha hecho mucha "alharaca" porque
a la gente le da pena decir que "chipustiados" al baño se tienen que
ir porque ya sienten que se les sale la "churrutaca".
Hoy nos
golpéa el terremoto más grande que haya sacudido al Valle de las Hamacas. Debemos
ser fuertes. Es tiempo de "vacas flacas". No nos queda más que seguir
adelante.
Pero los salvadoreños somos cachimbones y especiales; porque aunque
suframos pestes y males nuevos, después de llorar, hinchamos los "hue...chos" y
"echamos riata" para sanar heridas y males.
Y aunque caigan "super-truenos",
y uno que otro huracán; venga otro terremoto, ó fuego del cielo nos haga trizas, así
como el ave Fénix resucitó entre las cenizas, así resurgirá el estóico pueblo de CUZCATLAN.
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