Hay golpes en la vida tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios;
como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma...
¡Yo no sé!
Son pocos, pero son...Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero
y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o heraldos
negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de
alguna fe adorable que el destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de
algún plan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre...¡Pobre...pobre!
Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve
los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.
Hay
golpes en la vida tan fuertes... ¡Yo no sé!
EL POETA A SU AMADAAmada, esta noche tú te has sacrificado En esta noche de septiembre se ha oficiado |
PIEDRA NEGRA SOBRE PIEDRA BLANCAMoriré en París con aguacero, |
POEMA¡Luna! ¡Corona de una testa inmensa, |
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ENTRE EL DOLOR Y EL PLACEREntre el dolor y el placer median tres criaturas, |
Padre polvo que subes de España,
Dios te salve, libere y corone,
padre
polvo que asciendes del alma.
Padre polvo que subes del fuego,
Dios te
salve, te calce y dé un trono,
Padre polvo que estás en los cielos.
Padre
polvo, biznieto del humo,
Dios te salve y ascienda a infinito,
padre polvo,
biznieto del humo.
Padre polvo en que acaban los justos,
Dios te salve
y devuelva a la tierra,
padre polvo en que acaban los justos.
Padre
polvo que creces en palmas,
Dios te salve y revista de pecho,
padre polvo,
terror de la nada.
Padre polvo, compuesto de hierro,
Dios te salve y te
dé forma de hombre,
padre polvo que marchas ardiendo.
Padre polvo, sandalia
del paria,
Dios te salve y jamás te desate,
padre polvo, sandalia del paria.
Padre
polvo que avientan los bárbaros,
Dios te salve y te ciña de dioses,
padre polvo,
que escoltan los átomos
padre polvo, Sudario del pueblo,
Dios te salve del mal
para siempre,
padre polvo español, padre nuestro.
Padre polvo que vas al
futuro,
Dios te salve, te guíe y te dé alas,
padre polvo que vas al futuro.
¡Cuídate,
España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo
sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y
del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo
negárate
tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin
las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate
del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal
ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá
del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus
muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!.
Sé que hay una persona
que me busca en su mano, día y noche,
encontrándome,
a cada minuto, en su calzado.
¿Ignora que la noche está enterrada
con espuelas
detrás de la cocina?
Sé que hay una persona compuesta de mis partes,
a la
que integro cuando va mi talle
cabalgando en su exacta piedrecilla.
¿Ignora
que a su cofre
no volverá moneda que salió con su retrato?
Sé el dia,
pero
el sol se me ha escapado;
sé el acto universal que hizo en su cama
con ajena
valor y esa agua tibia, cuya
superficial frecuencia es una mina.
¿Tan pequeña
es, acaso, esa persona,
que hasta sus propio pies así la pisan?
Un gato
es el lindero entre ella y yo,
al lado mismo de su tasa de agua.
La veo en
las esquinas, se abre y cierra
su veste, antes palmera interrogante...
¿Qué podrá
hacer sino cambiar de llanto?
Pero me busca y busca. ¡Es una historia!